
“El hábito es el lastre que
encadena al perro a su vómito. Respirar es un hábito. La vida es un hábito. O,
más bien, la vida es una sucesión de hábitos, ya
que el individuo es una sucesión de individuos…
El hábito es por lo tanto el
término genérico con que se designan los incontables tratados concluidos entre
los incontables sujetos que constituyen el individuo y sus incontables objetos
correlativos. Los periodos de transición que separan
las adaptaciones consecutivas representan los momentos azarosos en la vida del
individuo, peligrosos, precarios, dolorosos, misteriosos y fértiles, en los
que, por un momento, el hastío de la vida deja paso al sufrimiento de existir”.
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